Historias de naufraxios

Os náufragos e os naufraxios son tema literario por excelencia. Semella que o foron fundamentalmente na literatura do século XIX, cando as viaxes por mar e as exploración a de novos territorios eran máis comúns. Porén seguen como vemos gozando de boa saúde, quizais porque son unha metáfora da inevitable soedade do ser humano e do abismo ao que se asoma cando queda só consigo mesmo.

Este domingo puidemos leer dous artigos moi recomendables sobre este tema. Os dous no periódico El País:
Símbolos de nuestra soledad por Jacinto Antón: http://internacional.elpais.com/internacional/2014/03/22/actualidad/1395515310_731290.html
La  fascinación por los naufragios por Luis Prados
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/02/01/actualidad/1391214982_705389.html

E para ti, cal é a túa historia de naufraxios favorita?


5 comentarios:

  1. El hundimiento del transatlántico Wilhelm Gustloff de la Alemania nazi fue producido por la Armada Soviética mediante torpedos que atacaron la embarcación el 31 de enero de 1945. En el buque se encontraban más de 10.000 personas. La mayoría eran mujeres y niños, todos ellos refugiados que huían del ejército ruso.
    El barco zarpó el 30 de enero de 1945 hacia Dinamarca. La tragedia se desató, pocos minutos después de las 23 horas, cuando el barco fue impactado por un torpedo lanzado por un submarino soviético. Otros dos torpedos empeoraron la situación. El barco se hundió a los 55 minutos. En aquel momento la temperatura del agua rondaba los 2º y la temperatura exterior era de -18º.
    Los buques de guerra alemanes lograron rescatar de las frías aguas a 1.252 supervivientes, muchos de los cuales morirían de frío poco después. Se calcula que murieron entre 8.800 y 9.300 personas, entre ellos muchos niños.
    El Wilhelm Gustloff era un moderno trasatlántico destinado a transportar a la población trabajadora de la Alemania nazi de la Segunda Guerra mundial. Años antes había sido utilizado como buque hospital hasta 1940, para pasar luego a ser buque escuela, dedicado al adiestramiento de cadetes para los submarinos.
    Su nombre conmemoraba a un alto cargo alemán del partido nazi suizo, asesinado por un estudiante judío. Era entonces, con más de 200 metros de longitud y 25.000 toneladas el buque de pasajeros más grande del mundo.
    Curiosamente es una tragedia poco conocida a pesar de ser el hundimiento más mortífero de la historia, superando en cinco veces el número de fallecidos a bordo del Titanic.

    Elsa Bouzas López y Marta Arufe Delgado 2ºA

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  2. En 1912 el Titanic recibió mensajes de radio, advirtiendo de la presencia de iceberg, pero con las prisas de llegar a tiempo a tierra, el capitán hizo caso omiso de las advertencias. Ese mismo dia dos vigías asustaron a los oficiales con el alarmante mensaje: “¡Iceberg a la vista!” Tuvieron menos de un minuto para reaccionar, por lo que el casco del barco colisionó con el gran Titán de hielo. Los efectos del choque con el iceberg eran evidentes. Los caldereros e ingenieros escucharon un fuerte ruido y vieron el agua entrar a raudales.
    Alrededor de las 00:25 hs. salió el primer bote, a pesar de que solo llevaba 28 pasajeros de primera clase, cuando 65 lugares estaban disponibles.
    En una hora, 25.000 toneladas de agua se habían abierto camino dentro del barco.
    El buque más cercano al Titanic era del vapor Carpathia de Cunard, Había cambiado su curso inmediatamente después de recibir la primera llamada de auxilio ,Le llevó cuatro horas llegar.
    En el naufragio murieron 1.523 personas, y sobrevivieron 315 mujeres, 52 niños y 126 hombres.
    Victoria Huesca Briceño. 2ºA

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  3. El hundimiento del RMS Lusitania ocurrido frente a las costas de Irlanda, el 7 de mayo de 1915 a causa de un torpedeamiento por un submarino alemán; fue uno de los mayores desastres navales ocurridos a un buque de línea durante la primera Guerra Mundial.
    Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, el Almirantazgo Británico requisó, en julio de 1914, el RMS Mauretania y el RMS Lusitania para poder cargar emplazamientos artilleros de 15 cm. Ambos barcos fueron inscritos en la Cunard como cruceros auxiliares armados. Los cañones se instalaron finalmente.El 7 de mayo, después de un tranquilo viaje sin incidentes, el Lusitania se acercó a aguas irlandesas. Durante la noche y en la alborada había tenido que navegar en aguas con mucha niebla. Para entonces el U-20 ya había hundido tres embarcaciones inglesas entre el Fastnet y Kinsale. En Queenstonwn, el vicealmirante Coke, a cargo de las defensas y patrullas antisubmarinas y bajo la supervisión del Almirantazgo, se percató del peligro que corría el Lusitania, pero se le prohibía tomar decisiones respecto a los vapores y sus rutas. De todos modos resolvió poner en aviso al Lusitania por su cuenta. A las 14:12 el U-20 disparó a 700 m el único torpedo que le quedaba. El caos se apodera del barco, la escora de más de 25° es tan pronunciada que casi no se pueden alcanzar los botes, ni mantenerse en pie en cubierta. El pánico cunde en las cubiertas. La orilla está a apenas 10 km. A pesar de sus 175 compartimientos estancos la inundación es tan violenta por la marcha en inercia del barco que no se inunda parejamente y el barco corre el riesgo de voltearse. La escora es muy pronunciada y muchos botes quedan inhabilitados. El barco alcanza la escora de 25°.
    Muchos pasajeros se lanzan al agua desesperados, algunos botes que logran llenarse se bajan en mala forma y vacían su carga humana al mar o se precipitan sobre otros botes ya cargados, o bien entran al agua de proa o popa hundiéndose. Tan solo 6 botes salvavidas de los 48 logran ser lanzados con relativo éxito. En los últimos instantes el Lusitania se enderezó y algunos botes alcanzan a ser exitosamente lanzados al agua, pero volcados. La proa del Lusitania chocó con el fondo granítico y se levantó a un ángulo de 45°. En ese momento las calderas de popa reventaron, haciendo volar la tercera chimenea. Una nube de vapor cubrió el barco. Cuando se disipó, el Lusitania había desaparecido. Tardó 18 minutos en hundirse. El rescate llegaría demasiado tarde; se perdieron 1.198 pasajeros, incluyendo 124 norteamericanos, 94 niños y 35 bebés. Solamente se rescataron 200 cadáveres. Sólo se salvaron 761 pasajeros.
    Victoria Gayo Rodríguez y Mariña Freire García 2ºA

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  4. Una historia de naufragios que me gusta es:

    El 28 de febrero de 1955 se conoció la noticia de que ocho miembros
    de la tripulación del destructor Caldas, de la Marina de Guerra
    de Colombia, habían caído al agua y desaparecido a causa de
    una tormenta en el mar Caribe. La nave viajaba desde Mobile, Estados
    Unidos, donde había sido sometida a reparaciones,1 hacia
    el puerto colombiano de Cartagena,2 adonde llegó sin retraso dos
    horas después de la tragedia. La búsqueda de los náufragos se inició
    de inmediato, con la colaboración de las fuerzas norteamericanas
    del Canal de Panamá, que hacen oficios de control militar y
    otras obras de caridad en el sur del Caribe.3 Al cabo de cuatro días
    se desistió de la búsqueda, y los marineros perdidos fueron declarados
    oficialmente muertos. Una semana más tarde, sin embargo,
    uno de ellos apareció moribundo en una playa desierta del norte
    de Colombia, después de permanecer diez días sin comer ni beber
    en una balsa a la deriva. Se llamaba Luis Alejandro Velasco.

    Lucía Botana Fandiño 2ºA

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  5. Mi historia de naugragio favorita:

    El 28 de febrero de 1955 se conoció la noticia de que ocho miembros de la tripulación del destructor Caldas, de la Marina de Guerra de Colombia, habían caído al agua y desaparecido a causa de una tormenta en el mar Caribe. La nave viajaba desde Mobile, Estados Unidos, donde había sido sometida a reparaciones, hacia el puerto colombiano de Cartagena, adonde llegó sin retraso dos horas después de la tragedia. La búsqueda de los náufragos se inició de inmediato, con la colaboración de las fuerzas norteamericanas del Canal de Panamá, que hacen oficios de control militar y otras obras de caridad en el sur del Caribe. Al cabo de cuatro días se desistió de la búsqueda, y los marineros perdidos fueron declarados oficialmente muertos. Una semana más tarde, sin embargo, uno de ellos apareció moribundo en una playa desierta del norte de Colombia, después de permanecer diez días sin comer ni beber en una balsa a la deriva. Se llamaba Luis Alejandro Velasco.

    Lucía Botana Fandiño 2ºA

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